Ahora, vamos hacer una pequeña visita al sitio arqueológico de Teotihuacán, que está a 40 km de la ciudad de México.
Existe una leyenda a respecto de esa ciudad que cuento a seguir:
Antes que existiese el día, los dioses se reunieron en Teotihuacan y dijeron: “¿Quién iluminará el mundo?” Un dios rico (Tecciztecatl) dijo “Yo me encargaré de iluminar el mundo.” “¿Quién será el otro?” y como nadie contestaba; nombraron un otro dios pobre y sarnoso (Nanahuatzin). Después de su nombramiento, los dos comenzaron hacer penitencia y rezar. El dios rico ofreció plumas valiosas de un ave llamada quetzal, oro, piedras preciosas, coral e incienso de copal. El dios sarnoso, de su parte, ofreció cañas verdes, pelotas de heno, cubierto de espinas de maguey de su sangre y en el lugar del incienso ofreció las cortezas de sus pústulas. A la medianoche terminó la penitencia y comenzaron los rituales. Los dioses ofrecieron al dios rico una hermosa plumaje y una chaqueta de lino, mientras que al dios pobre se le ofreció una estola de papel. Entonces, cerca del fuego, ordenaron al dios rico que se jugara a él. Él tuvo miedo y echó atrás. Intentó una y otra vez se retiró, esto por cuatro veces. Luego llegó el turno de Nanahuatzin, quien cerró los ojos y se tiró al fuego para ser consumido por él. Cuando el dios rico vio esto, lo imitó. Luego, entró en el fuego un águila que también se quemó (y es por eso que las águilas tienen plumas color mate, marrón muy oscuro), y luego entró un jaguar que se quemó y quedó manchado de blanco y negro. Entonces los dioses se sentaron a esperar para ver de dónde saldría Nanahuatzin, mirando hacia el oriente vieron asomarse el sol, la luz irradiada en todas las direcciones y no podía mirar directamente a él. Volvieron a mirar al oriente y vieron asomarse la luna. Al comienzo los dos dioses brillaban con la misma intensidad, pero uno de esos dioses arrojó a un conejo a la cara del dios rico y de este modo disminuyo su brillo. Todos quedaron callados, después decidieron morir para así dar la vida al Sol y la Luna. Fue el viento que los mató y luego comenzó a soplar, haciendo dislocar primero el sol y después la luna Por todo esto es que el sol nace en el día y la luna más tarde, en la noche.
Yo tuve la oportunidad de conocer las pirámides del Sol y de la Luna que están en Teotihuacan. Si viajaren a México no se lo pierdan.
Al fondo la pirámide del Sol.
Para los tequileros de plantón, arriba, una foto del "maguey", planta que se utiliza para hacer la "tequila".
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